Libros Antiguos, M茅todos Antiguos, pero una Influencia Duradera (Hasta聽Eterna)

Brent L. Top

Brent L. Top (brent_top@byu.edu) es profesor de la doctrina y la historia de la Iglesia y ex-decano de Educaci贸n de Religi贸n en BYU.

Tomado del discurso de apertura en la Conferencia de la Sociedad de Educadores Santos de los 脷ltimos D铆as en BYU el 28 de junio de 2019.

Me siento muy honrado por dirigirme a ustedes hombres y mujeres que toman en serio la ense帽anza, no tan solo por su vocaci贸n, sino por su herencia educativa Santo de los 脷ltimos D铆as y por su identidad eterna como hijas e hijos de Dios. La ense帽anza es parte de nuestro ADN espiritual. La conocida frase "Educaci贸n para la Eternidad" refleja la visi贸n de los Santos de los 脷ltimos D铆as acerca de la importancia de la ense帽anza y el aprendizaje. Pero es mucho m谩s que un refr谩n, de hecho, es nuestra teolog铆a, como se demuestra en los numerosos mandatos y ejemplos en las escrituras acerca de la importancia de la educaci贸n para esta vida y para la eternidad. La ense帽anza est谩 en nuestra alma, es parte de nuestra naturaleza divina. Todos somos maestros, ya sea que estemos o no profesionalmente contratados como tales. Somos maestros al ser hijos y padres, hermanos, amigos y colegas, l铆deres de la Iglesia o miembros de un barrio, vecinos y ciudadanos. Como seres humanos鈥攈ijos e hijas de Dios鈥攕omos maestros鈥攁 todas horas鈥攅n todo lo que hacemos. El Presidente Thomas S. Monson con frecuencia nos dec铆a que: 鈥渟omos maestros. Siempre debemos recordar que no solo ense帽amos con palabras; tambi茅n ense帽amos por c贸mo somos y vivimos nuestras vidas.鈥[1] Por tanto, es en este contexto que me dirijo a ustedes hoy,鈥攏o de manera acad茅mica o profesional como lo har铆a en otros entornos y en otras conferencias鈥攕ino m谩s bien como un compa帽ero educador Santo de los 脷ltimos D铆as con todo lo que implica ese t铆tulo.

Mientras estuve en la escuela primaria, hubo muchas cosas por las que no me preocupaba, las tareas, por ejemplo. Pero hab铆a muchas cosas que esperaba y en las que estaba completamente comprometido. Primero, los viernes. Me gustaba ir a la escuela en viernes porque ese d铆a nos daban leche con chocolate y el nuevo ejemplar de la revista Weekly Reader. Luego estaban los lunes especiales en los que deb铆amos 鈥渕ostrar y comentar.鈥 Siempre me gust贸 el 鈥渕ostrar y comentar,鈥 porque aprend铆a de mis compa帽eros y tambi茅n trataba de ver y aprender algo que pudiera mostrarles en la clase. (Estoy seguro que mis padres no siempre apreciaron lo que cog铆a de la casa para ense帽arlo en la clase).

As铆 que hoy, aunque no traje leche con chocolate ni las revistas Weekly Reader (que me entristece el que se descontinuaran en el a帽o 2012, a los casi cien a帽os de asombrar a las mentes infantiles) voy a usar un poco el m茅todo de 鈥渕ostrar y comentar.鈥

Mi oficina se localiza en el edificio Jos茅 Smith en el campus de BYU. All铆 se encuentran las oficinas de Educaci贸n de Religi贸n y se dan muchas de las clases de religi贸n. Al menos una vez por semestre, en ese edificio hay una actividad que, al observarla a trav茅s de los a帽os, ha sido interesante y esclarecedora. Me refiero al intercambio y regalo de libros. Cuando los maestros cambian de oficinas o se jubilan, sacan los libros que no quieren conservar. De igual manera, otros maestros y empleados revisan sus oficinas y desechan los libros que ya no quieran. Las universidades son lugares para el libre intercambio de ideas, pero durante unas semanas cada semestre en el edificio Jos茅 Smith, tambi茅n hay un libre intercambio de libros. Esa es una manera eficaz para que los maestros m谩s j贸venes formen sus propias bibliotecas, y para que los dem谩s consigan libros que quer铆an pero que no ten铆an o no pudieron comprar. Tambi茅n es una bendici贸n para aquellos de nosotros que, en el otro extremo de nuestras carreras, no tenemos lugar en nuestro hogar para todos los libros cuando nos jubilamos. Pasado cierto tiempo, dejamos que los alumnos se lleven cualquier libro que deseen.

Siempre es interesante ver los t铆tulos de los libros en la mesa de intercambio. Es como un paseo por el carril de la memoria. Pero para muchos de los j贸venes maestros y hasta para los estudiantes m谩s j贸venes, puede ser como estar por primera vez en un pa铆s extranjero鈥攐 algunas veces鈥攃omo si estuvieran en otro planeta. 笔别谤尘铆迟补苍尘别 ilustrarlo con mi 鈥渕ostrar y comentar.鈥 A causa de mi experiencia profesional, voy a usar como ilustraci贸n los libros de la Iglesia, pero muy probablemente tambi茅n ser铆a igual en otras disciplinas.

Ninguno de mis alumnos conocer铆an los nombres o las obras de Milton R. Hunter, Sterling W. Sill, Mark E. Petersen, Marion D. Hanks, Vaughn J. Feaathersone, Elaine Cannon, or Chicko Okazaki, por nombrar algunos. Y podr铆a continuar mencionando a muchos mas.

Aunque los nombres puedan ser desconocidos u olvidados y sus libros est茅n agotados y empolv谩ndose en los anaqueles de las tiendas de Deseret Industries, estos maestros tuvieron una influencia tremenda sobre m铆, en mi familia y despu茅s sobre mis alumnos y miles de otras personas.

笔别谤尘铆迟补苍尘别 mostrarles a unos cuantos m谩s y comentarles c贸mo influyeron en m铆 y en otras personas.

El 茅lder Bruce R. McConkie. Ninguno de mis estudiantes hab铆a nacido cuando falleci贸 el 茅lder McConkie. Sin embargo, ya sea que lo sepan o no, su estudio del Salvador, de las escrituras y de la doctrina de la Iglesia han sido influenciados grandemente por las ense帽anzas, escritas y habladas, del 茅lder McConkie. Mi propia ense帽anza y conocimiento del evangelio fueron influenciados fuertemente por 茅l.

El elder Neal A. Maxwell. Es dif铆cil pensar que ha estado ausente durante quince a帽os. La mayor铆a de mis alumnos, asist铆an al jard铆n de ni帽os, o empezaban a caminar o ni siquiera hab铆an nacido cuando el 茅lder Maxwell鈥攗n educador de toda la vida鈥攂endec铆a a millones con su conocimiento y elocuencia. 脡l pod铆a decir en una frase m谩s de lo que muchos dicen en todo un libro. Sus ense帽anzas sobre el discipulado, la consagraci贸n y el perseverar hasta el fin son incomparables.

Como pueden observar, los maestros son como los libros antiguos, Vienen y van; envejecen y encanecen. Es posible que sus nombres no sean conocidos muy ampliamente. Es posible que no tengan tanto entusiasmo y energ铆a en sus clases como alguna vez la tuvieron. Sin embargo, es posible que tengan algo m谩s importante que el entusiasmo o las pizas en las aulas. Tienen influencia duradera, hasta eterna. F铆jense, los maestros m谩s influyentes鈥攓uienes en realidad han marcado una diferencia鈥攏o se olvidan nunca. Su influencia, y m谩s importante todav铆a, sus ense帽anzas鈥攃omo las ondas creadas por una piedra arrojada a un lago tranquilo鈥, pasan de un estudiante a otro, a las familias de esos estudiantes, a sus clases y a los hijos de sus hijos. Estos maestros influyentes contin煤an llegando a muchos otros a medida que pasa el tiempo y hasta la eternidad.

Todos podemos recordar a un maestro, posiblemente a muchos, cuyas vidas e influencia educativa contin煤an bendici茅ndonos. Puedo pensar en maestras de la Primaria, en maestros de escuelas p煤blicas, en asesores de Hombre J贸venes, en l铆deres de la Iglesia, en padres de mis amigos, en maestros del seminario, en profesores de la universidad, etc. Aunque no recuerde las materias o lecciones exactas que me dieron, me acuerdo de ellos y lo que hicieron por m铆. 驴Qu茅 fue lo que hizo que estos maestros fueran tan influyentes y cambiaran vidas?

El Presidente Harold B. Lee record贸 a una de sus maestras de m谩s de setenta a帽os de edad y cabello canoso, 鈥渃on la habilidad peculiar, as铆 parec铆a, de grabar profundamente en [su] alma las lecciones de la historia de la Iglesia, la moral y la verdad del evangelio de tal manera que hoy, cuarenta a帽os despu茅s, [se hallaba] a煤n record谩ndola y siendo guiado por sus lecciones.鈥 El Presidente Lee continu贸 hablando de esta maestra influyente e identific贸 las caracter铆sticas que la hicieron tan buena:

驴Qu茅 fue lo que le dio las cualidades esenciales de una maestra exitosa? No ten铆a grandes conocimientos seculares ni estaba bien educada en las teor铆as y pr谩cticas de la pedagog铆a moderna. Su apariencia era simple y corriente: la de una esposa y madre en una peque帽a comunidad rural donde la necesidad le exig铆a largas horas de trabajo a todos los miembros de la familia. Ten铆a tres dones que, en mi opini贸n, hicieron que su ense帽anza fuera efectiva: primero, ten铆a la facultad de hacer que cada alumno sintiera que ten铆a un inter茅s personal en 茅l [o ella]; segundo, amaba el evangelio y ten铆a la capacidad de ilustrar cada lecci贸n de manera tan adecuada como para aplicarla a nuestras propias vidas; y tercero, ten铆a una fe absoluta en Dios y un testimonio inquebrantable de la divinidad del evangelio restaurado de Jesucristo. [2]

En un aspecto personal, perm铆tanme resaltar a un maestro influyente que no tan solo bendijo mi vida, sino la de incontables personas. Ciertamente, 茅l no se considerar铆a como maestro, pero lo fue. En el a帽o 1980, el peri贸dico Church News publicaba cada semana un art铆culo titulado "Mi Maestro M谩s influyente." Podr谩n imaginarse mi agradable sorpresa al abrir el peri贸dico del 20 de diciembre y descubrir que el maestro destacado era mi padre Norman Top. El art铆culo fue escrito por Darrol Gardner, que fue uno de los Boy Scouts en la tropa que mi padre dirigi贸. Darrol escribi贸:

Yo no estaba activo en la Iglesia, excepto en el escultismo. Siempre estuve al borde de los problemas. Cuando estuve en el Qu贸rum de Maestros, el Obispo asign贸 al [hermano] Top como mi compa帽ero de orientaci贸n familiar con la esperanza de que me activara. No tuvo 茅xito en ese momento, pero nunca se dio por vencido.

A帽os m谩s tarde, despu茅s de convertirme en polic铆a, Top hizo otro intento por alentarme a abrazar [m谩s plenamente] el evangelio. [En ese momento yo no viv铆a como deber铆a], pero 茅l me dijo sus sentimientos hacia m铆 y por qu茅 deber铆a examinar mi vida. Siempre supe que ten铆a raz贸n y sent铆 que deb铆a reflexionar m谩s sobre las cosas que me dijo acerca del Evangelio.

Comenc茅 a asistir a los servicios de manera regular en 1967. El 29 de mayo de 1969 fui ordenado obispo del Barrio Iona [Idaho]. El hermano Top siempre sigui贸 mi 茅xito y ha mostrado su aprobaci贸n mediante sus expresiones amables y amorosas. 脡l es un maestro que se preocup贸 por m铆 y nunca se rindi贸. [3]

笔别谤尘铆迟补苍尘别 comentarles algo acerca de mi padre. Era hijo de inmigrantes daneses, tuvo problemas para aprender en la escuela. El ingl茅s no era su primer idioma, y adem谩s, padec铆a dislexia, lo que le hac铆a muy dif铆cil el poder leer y aprender. Tuvo que dejar la escuela el segundo a帽o de secundaria para trabajar como labriego en los ranchos cercanos a fin de ayudar a la familia durante lo m谩s grave de la Gran Depresi贸n. Aunque posteriormente obtuvo un t铆tulo en GED [educaci贸n general] y se hizo comerciante, siempre se sinti贸 en desventaja educativa junto a los dem谩s. No se sent铆a bien al hablar en p煤blico. Se sent铆a ignorante e incapaz. Sin embargo, fue un maestro鈥攗n maestro influyente鈥攑orque amaba a los dem谩s, hac铆a que se sintieran importantes e inculcaba en ellos el deseo de ser mejores. Ense帽贸 con elocuencia, no con palabras o con conocimiento acad茅mico, sino con el ejemplo y su bondad. Sus ense帽anzas formaban el car谩cter. Eso es lo que hacen los maestros influyentes. Tal como lo ense帽贸 el Presidente Russell M. Nelson: 鈥淓l objetivo final de la educaci贸n es la edificaci贸n del car谩cter. Uno se entrena solo para las tareas, mientras que el car谩cter se convierte en la sustancia de la propia identidad eterna.鈥 [4]

La ense帽anza es m谩s que tan solo transmitir contenido, al igual que el aprendizaje es m谩s que el memorizar los hechos. El Se帽or declar贸: 鈥淟a gloria de Dios es la inteligencia, o en otras palabras, luz y verdad鈥 (D y C 93:36). La ense帽anza influyente y lo que el 茅lder Kim B. Clark llama 鈥渆l aprendizaje profundo鈥 requieren la inspiraci贸n as铆 como la informaci贸n, el esp铆ritu as铆 como la mente. Uno puede adquirir la verdad y todav铆a no tener la luz. El 茅lder Maxwell ense帽贸: 鈥淣o todo el conocimiento tiene la misma importancia. algo puede ser real pero sin importancia. . . . . Algunas verdades son importantes para la salvaci贸n y otras no鈥.[5] Los mejores maestros conocen la diferencia y ayudan a sus alumnos a adquirir la inteligencia en el verdadero sentido de la palabra.

Todos somos beneficiados por la gran erudici贸n. Pero no toda la erudici贸n es duradera aunque la influencia de los maestros puede y debe serlo. Por ejemplo, la informaci贸n que recib铆 en la clase de biolog铆a en el primer a帽o de secundaria ya es inadecuada en la actualidad en comparaci贸n con lo que se ha aprendido en las d茅cadas (no siglos) desde que estuve en primero de secundaria. Pero eso no quiere decir que haya tenido un mal maestro o que yo no haya aprendido mucho. En realidad fue todo lo contrario, tuve un gran maestro鈥攗n maestro influyente鈥攓ue en verdad atrajo mi atenci贸n, inculc贸 en m铆 la curiosidad sobre la biolog铆a鈥攍a forma en que funcionan las cosas en la vida y en la naturaleza鈥攜 me ense帽贸 la forma de aprender y buscar la mejor informaci贸n disponible sobre el tema. La erudici贸n pudo no ser duradera, porque hemos aprendido mucho m谩s desde entonces, pero la influencia del maestro si fue duradera.

笔别谤尘铆迟补苍尘别 ilustrarlo con mi bolsa de libros para 鈥渕ostrar y comentar鈥. Soy profesor de la historia y la doctrina de la Iglesia, as铆 que, por supuesto, usar茅 los libros de historia de la Iglesia para aclarar mi tema. Otra vez, me permito enfatizar que este principio se puede aplicar a otros temas y entornos.

Uno de los libros m谩s influyentes en mi ni帽ez fue The Latter-day Prophet: Young People鈥檚 History of Joseph Smith, escrito por George Q. Cannon. Era un libro, para la juventud, adaptado de la primera biograf铆a publicada en los a帽os 1880. De acuerdo a las normas actuales, pudo no haber sido un gran libro. Pero fue algo grandioso para un joven del sureste de Idaho en los a帽os 1960. No me acuerdo de toda la historia en ese libro, pero s铆 recuerdo lo que sent铆 al leerlo. Mi testimonio del Profeta de la Restauraci贸n empez贸 con ese libro.

Como estudiante en BYU durante los a帽os 1970, tom茅 una clase de historia de la Iglesia con Ivan J. Barrett, autor del libro Joseph Smith and the Restoration. El hermano Barrett no era un historiador acad茅mico. Ciertamente los historiadores actuales podr铆an identificar las deficiencias, quiz谩s hasta inexactitudes, en el libro del Hermano Barrett. Sin embargo, 茅l fue uno de los maestros que m谩s influyeron en mi vida, mediante sus clases as铆 como por su libro. M谩s recientemente, le铆 y rele铆 la biograf铆a del Profeta Jos茅 Smith escrita por Richard Bushman Rough Stone Rolling. Totalmente diferente a las otras biograf铆as, el libro de Bushman fue mucho m谩s acad茅mico e hist贸rico. Me caus贸 algunas molestias, pero tambi茅n me hizo pensar profundamente y ver al Profeta con otros ojos. Tambi茅n fue poderoso, pero de una manera diferente. Tuvo un profundo efecto en m铆. Como el libro de George Q. Cannon y la clase del hermano Barrett, Bushman tuvo una influencia duradera sobre m铆; hasta una influencia eterna. Me gusta pensar que esos libros, con sus limitaciones y perspectivas hist贸ricas, han influenciado a miles de personas que, a trav茅s de los a帽os, han escuchado (o le铆do) mi testimonio de Jos茅 Smith.

En la actualidad somos muy bendecidos por tener varios tomos de los Documentos de Jos茅 Smith con toda la informaci贸n y puntos de vista que contienen. Son el conocimiento hist贸rico de primer nivel. Pero eso no disminuye el impacto que History of the Church o Las Ense帽anzas del Profeta Jos茅 Smith tuvieron sobre generaciones anteriores. El conocimiento mejora. La influencia perdura.

De igual manera, los miembros de la Iglesia (y muchas personas que no son de nuestra religi贸n) han sido y seguir谩n informados e inspirados por los varios tomos de la nueva historia Santos. Eso prueba que la historia s贸lida, fundada en la mejor investigaci贸n disponible, no tiene por que ser aburrida o carente de emociones. Pero otra vez lo digo, eso no disminuye la luz y verdad que adquir铆 en Comprehensive History of the Church escrita por B. H. Roberts o en Elementos de la Historia de la Iglesia escrita por Joseph Fielding Smith, y en muchas otras historias que he le铆do en mi vida. Las perspectivas y las metodolog铆as difieren, pero cada una ha tenido una influencia duradera en mi vida personal y profesional.

As铆 que, pueden ver que los maestros son como los libros antiguos. Algunos son m谩s sabios y m谩s acad茅micos que otros. Algunos tienen deficiencias pedag贸gicas. Algunos al igual que Mois茅s y Enoc son 鈥渢ardos en el habla鈥 (脡xodo 4:10; Mois茅s 6:31). A煤n as铆, cada uno intenta ayudar a otros a aumentar su amor y conocimiento mediante el aprendizaje. Buscan mejorar las actitudes y las conductas de formas positivas. Algunos logran esos objetivos mejor que otros. Mientras m谩s envejezco, menos me acuerdo de lo que le铆 o escuch茅 en una clase o qu贸rum. De igual manera, hay algunos libros y maestros antiguos a los que no puedo olvidar, aunque no me acuerde de todos los detalles. Su influencia contin煤a en m铆 y por medio de m铆. El conocimiento m谩s importante que los maestros influyentes pueden transmitir a otros no es solamente lo que est谩 en sus cerebros sino lo que est谩 en sus corazones y almas y en el ejemplo de sus vidas. El Presidente David O. McKay, un educador consumado cuyo legado de ense帽anza contin煤a, ense帽贸:

Obtener conocimiento es una cosa, y aplicarlo es otra muy distinta. La sabidur铆a es la aplicaci贸n correcta del conocimiento; y la verdadera educaci贸n鈥攍a educaci贸n que defiende la Iglesia鈥攅s la aplicaci贸n del conocimiento al desarrollo de un car谩cter noble y divino.

Un hombre [o mujer] puede poseer un profundo conocimiento de la historia y de las matem谩ticas; [ellos], pueden ser una autoridad en psicolog铆a o astronom铆a; conocer todas las verdades descubiertas relacionadas con la geolog铆a y las ciencias naturales; pero si con este conocimiento [no tienen] la nobleza del alma que los impulse a tratar justamente [a] sus semejantes, a practicar la virtud y la santidad en la vida personal, [ellos] no est谩n verdaderamente educados. [6]

Hay otra cosa en mi bolsa de 鈥渕ostrar y comentar鈥. Es una copia del examen completo que tom茅 en el a帽o 1980 para obtener mi maestr铆a en medios de instrucci贸n [material audiovisual]. En la actualidad, algunas de las preguntas del examen causar铆an risa debido a que la tecnolog铆a educacional ha cambiado mucho desde esa 茅poca. No estoy seguro de que mis nietos sepan lo que es una grabadora de carrete a carrete, mucho menos c贸mo editar realmente las cintas cortando y empalmando. No creo que hayan visto diapositivas o un proyector de diapositivas o sepan c贸mo se desarroll贸 la fotograf铆a y se procesaban los retratos en un cuarto obscuro. Ven nuestros viejos cassetes y videos de VHS y piensan que la abuela y yo debimos haberlos robado del Museo Smithsonian.

Pr谩cticamente todo lo que aprend铆 y practiqu茅 en mis clases de preparaci贸n de materiales audiovisuales es obsoleto en la actualidad. Pero no quiere decir que sean inv谩lidos el proceso de aprendizaje, la interacci贸n con otros estudiantes y la oportunidad de ser ense帽ado por maestros extraordinarios en mas formas que la producci贸n de materiales audiovisuales.

He sido un educador profesional de religi贸n en el Sistema Educativo de la Iglesia durante m谩s de cuarenta a帽os. He visto tantos tipos de tecnolog铆as y de materiales instructivos que vienen y van, vienen y van, y vuelven a venir. Filminas, videos, juegos, simulacros, lecciones objetivas, proyectos en grupo, emparejar y compartir, PowerPoint, Centros de Recursos de Aprendizaje, computadoras personales, tel茅fonos inteligentes, escrituras electr贸nicas, la Internet, aprender en l铆nea, bases de datos digitales, podcasts, aulas invertidas, aprendizaje combinado, etc. etc. He tenido maestros influyentes que fueron emocionantes y entretenidos en el aula por utilizar la tecnolog铆a de punta y pedagog铆a innovadora. He tenido otras maestros poderosos que pensaban que el pizarr贸n era la tecnolog铆a avanzada. Ha habido en mi vida extraordinarios maestros que hac铆an preguntas profundas y bien pensadas, y otros que nunca hicieron preguntas.

Los maestros influyentes son tan variados en sus enfoques de ense帽anza como hay m茅todos y medios. Pero todos tienen una cosa en com煤n: Entienden que los m茅todos son el medio para un fin, pero no son el fin en s铆 mismos. El Presidente Boyd K. Packer ilustr贸 este principio muy hermosamente mediante la par谩bola de la perla y el joyero: 鈥淯n mercader que buscaba joyas preciosas encontr贸 por fin la perla perfecta. Hizo que el mejor artesano tallara un magn铆fico joyero y lo forrara con terciopelo azul. Puso su perla de gran precio en exhibici贸n para que otros pudieran contemplar su tesoro. Observ贸 c贸mo ven铆a la gente y lo ve铆a. Pronto se dio la vuelta con tristeza. Admiraban el joyero, no la perla鈥. [7]

La obra y la gloria del Padre no es que sus hijos tengan 鈥渓ecciones magn铆ficas鈥: audiovisuales emocionantes, lecciones objetivas memorables, o la mas reciente o mejor investigaci贸n en cualquier tema. La inmortalidad y la vida eterna para sus hijos son sus mejores deseos. La perla es la "Vida eterna." El Presidente Gordon B. Hinckley declar贸: 鈥渆so llegar谩 solo cuando se ense帽e a hombres y mujeres con tal efectividad que cambien y disciplinen sus vidas. No pueden ser forzados a la rectitud o al cielo. Deben ser guiados, y eso significa ense帽ados鈥.[8] Los maestros inspirados, y que inspiran, lo entienden y saben que algunas cosas importan m谩s que otras y que la influencia duradera, hasta eterna, no puede lograrse al enfocarse demasiado en los m茅todos y los materiales a costa de los objetivos principales.

Creo que me inclino por los libros, los m茅todos y los maestros antiguos, debido a que ya estoy viejo. De hecho, una de mis gorras de beisbol favoritas y que uso frecuentemente tiene la frase 鈥淥ld Guys Rule鈥 [la regla de los viejos]. En realidad, no es la antig眉edad de los libros, de los m茅todos o de los maestros a lo que soy aficionado. Me adhiero a la influencia duradera, aun eterna. Tengo libros antiguos que me dar谩 gusto tirar a la basura, y libros nuevos que nunca quiero perder. Hay antiguos m茅todos de ense帽anza y actitudes que me emociono al poder acabar con ellos y hay nuevos m茅todos y tecnolog铆as que son extraordinariamente 煤tiles en el proceso de aprendizaje. Hay maestros viejos que son 鈥攖an solo digamos viejos (creo que pienso en m铆 al decirlo)鈥攜 maestros j贸venes que son muy sabios para su edad y me ense帽an de manera sorprendente (pienso en mis nietos al decirlo). La ense帽anza influyente, real, que moldea almas, que edifica el car谩cter nunca envejecer谩 y tampoco habr谩 mucha oferta de ella.

As铆 que a ustedes maestros Santos de los 脷ltimos D铆as鈥攓ue son maestros profesionales, a ustedes que escriben del evangelio, o que tan solo aman el evangelio, a ustedes que son expertos y creativos en las 迟茅肠苍颈肠补s de ense帽anza, y a ustedes que ni siquiera pueden deletrear la palabra 迟茅肠苍颈肠补, a ustedes que son madres y padres que solo tratan de criar hijos rectos y responsables, a ustedes que son maestros en la Primaria y que cada domingo sienten que apenas logran sobrevivir, a ustedes maestros en cualquier capacidad que se sienten inadecuados, ustedes que tan solo desean ser mejores, que quieren ser maestros influyentes en la vida de sus hijos, nietos y de aquellos que aman鈥攍es digo: 隆Muchas Gracias! Ustedes representan a todos los maestros que han bendecido mi vida. Debido al impacto y la influencia duradera de los maestros deseo mayor luz y verdad en mi vida y deseo con todo el coraz贸n ayudar a otros a conocer la gloria y el amor de Dios en la suya. Que todos sean bendecidos en sus deseos y esfuerzos para tener influencia duradera, aun eterna en la vida de aquellos a quienes ense帽an.

Notas

[1]- Teachings of Thomas S. Monson [Las Ense帽anzas de Thomas S, Monson], (Salt Lake City: Deseret Book, 2011), p谩gina 301.

[2]- Clyde J. Williams, Teachings of Harold B. Lee (Salt Lake City: Bookcraft, 1996) p谩gina 444.

[3]- Darrol Gardner, 鈥淢y Most Influential Teacher,鈥 Church News, 20 dic 1980, p谩gina 2.

[4]- Teachings of Russell M. Nelson (Salt Lake City: Deseret Book, 2018), p谩gina 96.

[5]- Neal A. Maxwell, 鈥淭he Inexhaustible Gospel,鈥 en 1991-92 Devotionals and Fireside Speeches (Provo, UT: Brigham Young University, 1992), p谩gina 141.

[6]- David O. McKay, Gospel Ideals: Selections from the Discourses of David O. McKay (Salt Lake City: The Improvement Era, 1953), p谩gina 440.

[7]- Boyd K. Packer, 鈥淭he Cloven Tongues of Fire,鈥 Ensign mayo de 2000.

[8]- Gordon B. Hinckley, 鈥淗ow to Be a Teacher When Your Role as a Leader Requires You to Teach,鈥 Reuni贸n de Sacerdocio del Consejo de las Autoridades Generales el 5 de febrero de 1969; citado por Jeffrey R. Holland en 鈥淎 Teacher Come from God,鈥 Ensign, mayo de 1998, p谩gina 26.